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Aprender a leer la voz de los niños y las niñas

Escrito por Iglesias con la niñez | Mar 6, 2023 7:28:44 PM

¿Porqué es importante aprender a leer la voz de niños y niñas? Descúbrelo junto a Alison y David Noboa.

 

Koe era una niña de unos 7 años que una mañana decidió dejar de hablar. Sus padres intentaron conversar con ella para saber sus motivos, pero ella solamente respondió con gestos de sus manos y rostro, sin abrir sus labios. Pasaron los días y Koe se mantuvo en eso. En la escuela, en su casa, en los sitios de juego y en todo lugar, la niña permanecía sin decir una sola palabra. Sus padres pensaron que sería solo una etapa y que pronto se le quitaría esta loca idea. Con el paso de los días, ellos tuvieron que aprender a comunicarse con ella por medio de señas de las manos o de gestos que la ayudasen a decir lo que quería. En la escuela se acostumbraron pronto a no escuchar a Koe. Sus amigos y maestros ya no la tomaban en cuenta y todo seguía como si nada. En casa pasó algo similar. Cuando Koe cumplió 8 años, sus padres compraron un pastel para celebrar con su hija. Estando Koe con sus padres sentados alrededor de la mesa sin decir palabra alguna, la madre de Koe decidió romper el silencio y dijo:  

Hijita linda, ¿por qué has decidido dejar de hablar? 

Koe tomó una servilleta y escribió algunas palabras. Sus padres se llevaron una gran sorpresa cuando la leyeron. Decía lo siguiente: “Solo quería que me escuchen”. 

 

Uno de los males que persiguen a esta generación es la indiferencia. El mundo de los adultos suena tan fuerte y ruidoso que no nos permite ser sensibles a la voz de los más pequeños y vulnerables. 

 

La indiferencia se manifiesta de diversas maneras. Algunas frases que se oyen respecto de los niños y niñas, y que se transmiten de generación en generación, son:  

- “Es que no sabe”. 
- “Es que es muy pequeño/a”. 
- “Es que todavía no entiende”. 

 

Son frases erróneas que nos hacen minimizar la importancia de escuchar la voz de los más pequeños. Erróneas porque en realidad los niños y niñas pueden percibir la realidad, aunque son pequeños tienen un alto nivel de comprensión de lo que sucede en su entorno. Son como esponjas que absorben y aprenden todo lo que ven y oyen, incluso más rápido de lo que los adultos lo hacemos.  

 

Cuando un niño o niña habla, no es para interrumpir o molestar, simplemente está intentando comunicar algo que está viendo o que le está sucediendo. Puede ser que sus emociones hayan sido afectadas o que hay algo que les impacta demasiado y necesitan expresarlo, o quieren entender mejor algo que están aprendiendo. No existe justificación para callar esta voz que lo único que quiere es adaptarse al mundo en el que se encuentra. 

 

De forma equivocada, los adultos aprendemos a silenciar la voz infantil, haciéndoles sentir desubicados y confundidos. Cuando la voz de los niños y niñas es apagada, limitamos sus capacidades, restamos oportunidades de aprendizaje, detenemos el desarrollo de su autoestima y evitamos que crezcan en su mente, emociones y capacidades sociales e intelectuales.  

 

Por el contrario, cuando aprendemos a prestar atención a la voz de los niños y niñas, no solo potenciamos las ocasiones de desarrollo, sino que podríamos evitar y prevenir maltrato en el hogar, violencia física, psicológica o sexual, podríamos anticipar la ideación suicida y prevenir un comportamiento antisocial en el futuro.  

 

Ahora, entendamos mejor a lo que nos referimos cuando decimos “la voz de los niños y niñas”. No se trata solo de aprender a escuchar, sino de leer las diversas manifestaciones con las que ellos intentan comunicarse para decirnos algo. 

 

Algunos ejemplos:  

- Un niño o niña que está siendo abusado sexualmente, se sentirá incómodo con el contacto físico afectivo. Será alguien retraído y sus reacciones frente a los hábitos de higiene personal podrían ser excesivas en un extremo o que se rehúse a ellas del otro extremo. 
- Un niño o niña que ha sido expuesto a la pornografía podría manifestar comportamientos de índole sexual impropios para su edad. 
- Un niño o niña que está siendo maltratado en el hogar probablemente se vuelva alguien violento o desarrolle hiperactividad o retraimiento social.  

 

Esto no es una regla tajante, pero son elementos que nos ayudan a “leer” cuando algo está sucediendo en casa, en el colegio y hasta en la iglesia. Imagina el infierno que vive un niño o niña que está atravesando un conflicto de esta naturaleza y que a pesar de que intenta expresar su grito interior de diversas maneras, nadie lo lee, nadie lo escucha. Se siente apartado e insignificante.  

 

Cuando llora, cuando ríe, cuando está callado o cuando se encierra en su habitación. Cada vez, con cada comportamiento, está intentando decir algo y nosotros, los adultos, debemos aprender a leer su comportamiento, incluso leer sus palabras que suelen expresar mucho más de lo que dicen. Por ese motivo debemos aprender a leer lo que dicen sus ojos, sus manos, la expresión de su rostro, la interacción con otros niños y niñas, la interacción con los adultos. Todo lo que sucede con ellos puede ayudarnos a leer lo que está pasando en su vida.  

 

Lo cierto es que estamos en deuda. Hemos apagado por tanto tiempo la voz de los niños y niñas que han perdido el espacio que les pertenece en la familia y en la iglesia.  

 

¿Cómo devolver la voz a los niños y niñas en la iglesia? 

 

- Usa las expresiones artísticas. A través del dibujo, la danza, el teatro, la pintura, las habilidades manuales y el baile. Son buenas maneras de devolver la voz de los niños y niñas. 
- Crear espacios donde puedan tener libertad. Usualmente los niños y niñas se encuentran en lugares llenos de reglas donde no pueden tocar las cosas a su alrededor, no se les permite ser lo que son: niños y niñas. Por eso resultan atractivos los lugares y espacios donde puedan ser ellos y ellas mismos. 
- Enseñar a los adultos a no molestarse porque los niños hablan o se ríen fuerte o “interrumpen”. Son niños y niñas y los adultos debemos aprender a guiarlos en su proceso de crecimiento de una forma que no coarte su individualidad y energía. 
- Permitir a los niños y niñas ser parte activa de reuniones especiales y que se sientan parte de una comunidad. El peor error que la iglesia puede cometer es no darles ese espacio, porque llegará el día en que tengan edad para decidir y ya no querrán estar allí.  

 

Cuando lees la Biblia, el primer libro de Samuel nos habla de este profeta en sus primeros años de vida cuando fue entregado desde muy pequeño para el servicio en el templo de acuerdo con la costumbre cultural de aquella época. Dios tomó en cuenta a Samuel desde esa edad y lo preparó como profeta, le dio una voz para hablar al pueblo, y Samuel supo responder a ese llamado. El corazón de los niños y niñas es puro, por eso Dios toma muy en cuenta lo que está sucediendo con ellos. Si Dios no le hubiera dado esa voz a Samuel no tendríamos las historias bíblicas de este profeta que llegó a ungir reyes y sacerdotes en esos años. 

 

No esperemos más, este es el tiempo donde las generaciones deben ser escuchadas, guiadas y plantadas con raíces fuertes. El impacto que los niños y niñas van a tener cuando se les devuelva su voz será increíble. 

 

Sobre los autores:

Alison Noboa es la directora de Manantial Kids, un programa de discipulado de niños en la Comunidad Nuevos Comienzos. Es tecnóloga en inglés, y es maestra de inglés para niños en edad escolar. Estudió teatro en el Instituto de danza y teatro “Unzion” y es apasionada por formar una cultura de aprecio por los niños. 

 

David Noboa es doctor en teología, coordinador administrativo de E625 Ecuador, pastor, escritor de la serie de libros PROYECTO DISCIPULADO junto con el dr. Lucas Leys, del libro UNA FE QUE PIENSA junto con Alex Sampedro y escritor de los libros digitales de cuentos para niños CUENTOS EN TU TELÉFONO 1 y 2.