El llamado bíblico a combatir el hambre en América Latina y el Caribe
El hambre sigue siendo una realidad devastadora en América Latina y el Caribe. Según el
informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2024, un poco más
de 40 millones de personas en la región enfrentan inseguridad alimentaria severa, y más de
131 millones sufren inseguridad alimentaria moderada o severa. Esta crisis ha empeorado
debido a factores económicos, climáticos y políticos.
Como cristianos, tenemos un mandato claro: ser la mano extendida de Dios en tiempos de
necesidad. La Biblia nos llama a ser agentes de justicia y solidaridad.
En Deuteronomio 15:7-11, se nos recuerda:
“Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre.”
Este llamado no es opcional, sino un mandato para ser generosos y justos, asegurando que nadie quede sin su "pan de cada día."
Jesús mismo nos mostró el poder de la generosidad y la multiplicación en la alimentación de
los 5.000 (Mateo 14:13-21). En este milagro, Jesús tomó lo poco que se ofreció y lo multiplicó para alimentar a una multitud. De la misma manera, nuestras donaciones de alimentos pueden parecer pequeñas, pero en manos de Jesús y de la comunidad, pueden transformar vidas.
La inseguridad alimentaria en la región es una urgencia que debemos enfrentar desde la fe. Como iglesia, podemos ser un agente de cambio, siguiendo el ejemplo de Jesús al compartir lo que tenemos y multiplicar la esperanza en nuestra comunidad.